Para convertirse en las mejores conservas en aceite de oliva del Mundo, nuestro pescado pasa por muchas manos experimentadas y con talento. Las manos de quienes los capturan, de quienes los seleccionan y de quienes los trabajan. En el caso de las sardinas, la elección recae siempre en los que pescan en la costa portuguesa, donde encontramos un pescado más consistente y sabroso. El pescado se prepara con gran pasión y maestría por las manos de nuestras conserveras, cuyo arte se ha transmitido de generación en generación, manteniéndose vivo y fiel a sus técnicas originales. Porque la historia de esas manos también es la historia de décadas del arte de la conserva.







